lunes, 21 de septiembre de 2015

Peculiares y Extraordinarias Bellezas Naturales

Barrancas del Cobre. Chihuahua 


Este sistema de cañones de casi 600 kilómetros es el hogar de los tarahumaras o rarámuris, y es más extenso y profundo que el gran Cañón de Colorado. Algunas de sus barrancas más conocidas son: La Sinforosa, de 1,830 metros; Urique, de 1879; Batopilas, de 1,800; Candameña, de 1750; y Chinipas, de 1,600 metros.
La maravilla recibe este nombre, por las viejas minas de ese material ubicadas en el fondo del cañón, en la porción de la Barranca de Urique que se une con la Barranca del Cobre y la Tararecua. Uno de los puntos más accesibles para poder disfrutar de este Parque Nacional es el poblado Divisadero que está comunicado por carretera y mediante el tren Chihuahua-Pacífico (Chepe); es un sitio donde existen servicios de funicular y se hallan las tirolesas más largas de México, que permiten apreciar las profundidades de las barrancas de hasta 1,300 metros.

Prismas Basálticos. Hidalgo 


Esta maravilla natural está formada por espigadas columnas geométricas de basalto de cinco o seis caras, unas en posición vertical y otras horizontal; otras semejan escalones a nivel del suelo adornando la barranca de Alcholoya, en Santa María Regla. Estos "prismas" son bañados, en diferentes puntos, por cuatro cascadas creadas por el agua proveniente de la aledaña presa de San Antonio Regla. Las columnas más grandes y alineadas a las paredes tienen una altura aproximada de 40 metros. Esta maravilla natural fue descrita con gran admiración hace más de cien años por el naturalista y explorador alemán Alexander Von Humboldt (1769-1859).
Alrededor de los Primas Basálticos hay un centro vacacional con áreas para acampar, asadores, restaurantes, albercas, canchas deportivas y tiendas de artesanías.

Cuevas Naica. Chihuahua


Para muchos, éste es el lugar más maravilloso y único del planeta. Naica posee los más grandes cristales de selenita, una de las más bellas variedades del carbonato de calcio, que aquí alcanzan de 5 a 10 metros de longitud y 1 a 2 metros de ancho, prolongándose en todas direcciones, desde el piso hasta el techo.
De acuerdo con especialistas, esta maravilla se formó, durante millones de años, con ayuda del agua que se infiltró hasta esa profundidad (300 metros aproximadamente), donde se registran condiciones extremas, con temperaturas de 50 a 60 grados centígrados y 100 por ciento de humedad.
Anteriormente era posible a acceder a las Cuevas de Naica, pero en la actualidad, con el fin de preservarlas, se han cerrado para su visita al público masivo (para conocerlas es necesario solicitar un permiso).


Cascadas Petrificadas. Oaxaca 


Formadas por escurrimientos de agua carbonatada que brotan de manantiales en la parte superior de la barranca, las blancas capas pétreas que identifican a esta maravilla natural están a más de 200 metros de altura. El área de manantiales o explanada superior, llamada Anfiteatro, cuenta con pequeñas pozas naturales que han sido aprovechadas para crear una enorme alberca de aguas templadas, y que funcionan como un balneario natural.
 Originalmente, éste fue un lugar sagrado para la etnia zapoteca, según indican los vestigios de un antiguo sistema de riego de hace más de 2,500 años. Hoy el área cuenta con vestidores, restaurante y cabañas.


Sótano de las Golondrinas. San Luis Potosí 


Se trata del abismo natural más espectacular de México. El Sótano es una oquedad vertical de origen kárstico, formada por la erosión del agua durante millones de años en este suelo calizo. La abertura es de 60 metros de diámetro y de ahí baja hasta 512 metros de profundidad, de los cuales 376 son de una sola caída vertical, y llega al fondo que tiene un diámetro de casi 300 metros. El lugar destaca por ser refugio natural de varias especies de aves, principalmente de vencejos (Apus apus), que son confundidos con golondrinas (de ahí su nombre); también habitan loros o cotorras de cueva (Aratinga holochlora) y murciélagos. Ambas especies crean un bello espectáculo con su salida en espiral al amanecer y entrada al anochecer.


 Islas Marietas. Nayarit


Escondida tras un muro de roca, custodiada por olas, y accesible, únicamente, nadando a través de un túnel submarino, Playa Escondida es uno de los destinos mágicos de Bahía de Banderas. Ésta exquisita playa se encuentra oculta como un tesoro en un pequeño y escabroso archipiélago a poca distancia conocidos como Islas Marietas ubicado a poca distancia de Punta de Mita en la Bahía de Banderas. Las Islas Marietas son un santuario para miles de aves, incluyendo una próspera colonia de piqueros patiazules; rodeados de un santuario marino, con aguas repletas de peces, rayas, y todo tipo de vida marina.

sábado, 5 de septiembre de 2015

En la vida, Viajar es Obligatorio

“Mientras estés vivo, viajar es obligatorio”.  James Reed

Suena la alarma. “Levántate que vas a llegar tarde”, dice tu mente. Y entonces empieza: café, tapón, trabajo, a la silla, al monitor, a la rutina, lo mismo… aburrimiento y estrés. Y se sabe que el “estrés mata”.  Y el aburrimiento pues… aburre.

Pero ¿y qué tiene que ver viajar con todo esto? Viajar puede ser todo lo contrario… Relaja y concede múltiples beneficios, siendo el primero el más sencillo de todos: diversión.




Creatividad y solución de problemas

Un estudio realizado en la Indiana University apunta a que viajar aumenta la creatividad y la capacidad de resolver problemas. El estudio también cita teorías psicológicas que indican que al estar lejos de una situación tendemos a pensar de manera más abstracta y surgen nuevas formas de atender  o resolver un problema.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico, Nydia Ortiz, coincidió con este punto al abundar que “ciertamente nos beneficiamos psicológicamente al viajar y exponernos a nuevas experiencias. Nos exponemos a nuevas formas de pensar y ver el mundo”.

Asimismo, Ortiz indicó que existen estudios de neurociencia que demuestran que nuevas conexiones neurales se dan en el cerebro cuando cambiamos de panorama o “medio ambiente”. Es decir, viajar a otra parte del mundo hace que nuestro cerebro cree “nuevos caminos neurales” y se abre a la posibilidad de nuevas formas de pensar.



Volver a ser niño

El neurocientífico David Eagleman -famoso por sus estudios sobre la percepción del tiempo en el Baylor College of Medicine de Houston- dijo en entrevista con la revista The New Yorker que “los adultos tienen un sentido más comprimido del tiempo que los niños”, pero que “viajar te pone neuralmente en la misma posición que cuando eras un niño”.

Escrito de otra forma, viajar regresa tu cerebro al estado de asombro en que vivías cuando veías las cosas por primera vez, cuando todo era nuevo, cuando eras niño. Viajar te da la capacidad de asombrarte una vez más y así tu sentido del tiempo se expande. Unas semanas de viaje por Asia podrían parecer una pequeña vida en sí misma.



Romper malos hábitos

Otro beneficio de viajar es el hecho de que el cambio de ambiente es una buena manera de romper con malos hábitos y comenzar una vida nueva.

“Del punto de vista de conducta humana, el cambio de ambiente es favorable al cambio de hábitos. Asociamos el mal hábito con unos ciertos lugares, experiencias y actividades. Cuando cambiamos las asociaciones que hacemos en el cerebro, tenemos más posibilidad de deshacernos de los malos hábitos; puede ser de ayuda cambiar el ambiente. Está probado que el cambio de ambiente ayuda al cambio de hábitos”, explicó Ortiz, quien se especializa en psicología de familia y pareja.



Ampliar nuestra visión del mundo

Ortiz también mencionó que experimentar otras culturas “amplía nuestro marco de referencia y vemos que nuestra cultura no es la única”.

“A veces cuando las personas no hemos salido de nuestro ámbito más cercano, no tenemos acceso a otras mentalidades, otras ‘realidades’, a ver desde otros ojos el mundo”, expresó la psicóloga.


Empatía y humildad

Asimismo, Ortiz indicó que esta oportunidad de ver cómo se vive en otros países amplía la gama de conductas que existen en el ser humano y “es mi experiencia que nos produce un sentido de humildad, de horizontalidad, a entender que no somos el ‘ombligo del mundo’ y nos ayuda a ponerse en los zapatos de otra gente, a tener más empatía”.

Valorar más lo que tenemos

Para concluir, citamos las experiencias de múltiples viajeros que reportan que al regresar a casa después de un largo viaje valoran más lo que tienen.


“Los viajes ayudan a valorar nuestra cultura y nuestro entorno y reconocer lo bueno que tenemos en nuestro país. Ayuda a poner en verdadera perspectiva nuestra situación… Si comparamos nuestra experiencia con otros países del mundo, el análisis resulta diferente y quizá no estamos tan mal como pensamos… comenzamos a valorar el clima, la naturaleza, nuestra gente, nuestros valores… resalta más lo positivo”, concluyó.